
Se pueden ver tiendas especializadas en servidores, en hardware prehistórico, en dispostivos de vigilancia, en audio, video, fotografía , incluso música en formato digital (hablo de instrumentos midi)... La mayoría de las tiendas venden productos del mercado gris, importación paralela a la de las marcas originales que tienen un problema, que carecen de la garantía internacional así que dejan de convertirse en algo apetitoso. No es plan de gastarte una pasta gansa en algo que si se estropea no te lo va a cubrir la garantía... En los gadgets te dá igual porque son cosas muy baratas pero en cosas más grandes que cuestan más dinero , pues te lo piensas un poco más.
Después de pasarnos tres horas curioseando hicimos una lista de lo que nos vamos a comprar dentro de una semana cuando volveremos a Bangkok. Bruno ya tiene varias cosas que le gustaron muchísimo y yo también encontré cosas que me llamaron la atención , sobre todo para poner un poco de orden en el cableado de la tecnología.
Un poco cansados de tanto caminar entre electrónica entre tanta planta decidimos irnos al Platinum, un centro comercial muy cercano y que además cuenta con una planta de comida con un buffet internacional para escoger los platos. Igual que en el MBK , de hecho los dueños o los gestores de la planta de comida son los mismos.
Escogimos unos platos de comida koreana , otro de tailandesa y finalmente uno de China.
Y aquí fue donde ocurrió lo peor que nos ha pasado en lo que llevamos de viaje. Por la mañana decidimos irnos de compras , así que no hacía falta ir cargando con la mochila para llevar el portátil y tener las guías electrónicas o conexión a internet. Decidimos llevar sólo la cámara de fotos en la bolsa. Al sentarnos a comer Adrián se fue a buscar el tercer plato de comida y después de comer ya no se dio cuenta de que no llevaba la cámara. Nos fuimos a Pratunarm Market , que queda a escasos 200 metros del Platinum y que es el mercado más barato de Bangkok, donde la gente del MBK compra sus réplicas. Discurre entre edificios muy viejos , en pequeños pasillos lúgubres y en el exterior en tenderetes montados. Llevábamos unos 200 metros recorridos, un bloque completo, cuando Adrián se dio cuenta de que no llevaba la cámara, así que volvimos al Platinum, a la planta de comida y ya no estaba la bolsa con la cámara (que iba sin tarjeta de memoria porque nos la habíamos dejado). Preguntamos a los miembros de la limpieza y nada. Bajamos a recepción del centro comercial y dejamos constancia de la pérdida, la azafata hizo un par de llamadas por megafonía pero obviamente no apareció nadie... Hicimos a alguien un poco más feliz... El hecho es que dejamos los datos , los teléfonos y emails para que nos llamaran o contactaran en el caso de que apareciera (algo altamente improbable) y decidimos continuar nuestro día.
A Bruno lo que más le fastidiaba no era el hecho de perder la cámara, algo que te puede pasar , sino que no habíamos comprado la otra cámara , la Panasonic TZ-15 en HK, donde estaba muy barata y además que se nos había pasado por la cabeza. Si te pones a pensar en las cosas que te pasan en un día y que podías haber evitado. Si tuvieramos una cámara más pequeña iría en el bolsillo y no se habría perdido la otra. Si la hubiéramos comprado en HK probablemente nada habría pasado... Pero claro, no te puedes comer la cabeza con suposiciones, sólo con los hechos y la verdad es que hemos perdido nuestra cámara, que llevaba con nosotros casi 3 años, una Panasonic genial, descanse en paz.
Como ya no teníamos el cuerpo para más fiestas nos fuimos al hotel a descansar, recapacitar sobre si comprar una cámara, buscar reviews, etc... Antes, eso sí, volvimos a pasar por el Pantip para ver nuestras opciones y buscar todas las cámaras disponibles. En la mayoría de las tiendas no ofrecen la garantía internacional, así que a menos que optáramos por una cámara barata las teníamos que descartar. De tiendas con productos oficiales hay dos grandes cadenas en el Pantip, que se detectan a la legua, son las que tienen los espacios comerciales más grandes y otra más pequeña que también ofrece las garantías internacionales y que lo ponen en los carteles.
Después de comparar precios y llevarnos folletos con las ofertas nos fuimos al hotel a decidir. Como había que descargar adrenalina (la mala leshe que diría alguno) nos fuimos caminando e hicimos una parada en un 7eleven para comprar refrescos y fruslerías. Bruno se decidió por una especie de gelatina líquida de lichis y yo opté por la tradicional CocaCola, eso sí, versión thai. En el 7eleven pudimos ver los dvds oficiales, que son muchísimo más baratos que en cualquier otro lugar del mundo para intentar competir con la piratería. Aquí tanto las empresas de software como las distribuidoras de cine han decidido reducir su márgen de beneficios para competir con la piratería. Te puedes así encontrar con una película de estreno en DVD por 180B (unos 3.5€) , 3 veces más que lo que cuesta su homónima pirata. No hemos comprobado si es una versión completa o mutilada (sin extras se entiende).
Una vez en el hotel, a navegar buscando la cámara y paseando por todas las tiendas online de Thailandia, comprobando las grandes cadenas de tiendas (PowerBuy por ejemplo) y dándonos cuenta de que la cámara que más nos interesaba estaba al mismo precio en todos lados.
Pedimos un par de platos al servicio de habitaciones del hotel y nos tomamos un arroz frito con vegetales y un Thai Pad que estaban muy ricos, con mucha cantidad y a precios de risa (es decir, satisfacer las querencias culinarias aquí no es complicado) eso si, preguntando siempre antes si era spicy o no (queda demostrado que los mexicanos de picante no tienen ni idea).
Finalmente, nos fuimos a la cama.
La putada: Parece que la tenemos tomada con las cámaras. No es la primera vez que nos pasa algo semejante con ellas , o nos la roban o dejan de funcionar... ¿qué tendrán?
1 comentario:
Siendo objetivos, es mejor que te roben (o pierdas) una cámara que un teléfono móvil. Son productos "apetitosos" para los amigos de lo ajeno :-(
A mí ya me han robado 2 teléfonos, uno en Lisboa y otro en Madrid, teniéndolos en bandoleras diferentes y sin enterarme.
Lo más seguro es llevarlo en el bolsillo del pantalón con bolsillo cerrado con cremallera.
De todos modos, la grandeza del viaje tiene que haceros pequeña la pérdida de la cámara. ¡Ánimo!
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