Una vez pasado el control de embarque, bastante exhaustivo, en el que atendía una china agraciada a la que no le gustó mucho que la grabaramos sellando los pasaportes nos tomamos un café y un churro chino, que es como el español, mucho más ancho pero sin azúcar. Por si os lo preguntáis el aeropuerto de Pekín tampoco tiene internet gratis.
Durante el vuelo con Air China el catering era típico de aqui. Un huevo en salmuera envasado al vacío (una cosa violeta de aspecto horrible y que por lo que nos enteramos después no pueden exportar), unas algas envasadas con un olor a ajo insportable, un revuelto de huevo horrible y una tarrina con cuatro cachos de fruta en almíbar, desde luego, nada que hacer con el de Emirates. Lo mejor, sin duda, un bollo semi-dulce con algo similar al membrillo dentro.
El vuelo duró dos horas en un 737 antiguo , cuatrimotor y pequeño, muy pequeño. Al llegar a QuiLin localizamos la taquilla de información y ya nos querían colocar en un barco destino a Yangzhuo con otros extranjeros que habían pasado antes.
Los extranjeros los localizamos en el autobus a Quilin, eran dos americanos , novio y novia , que estaban de ruta por China ya que él había estado estudiando aquí. Fuimos hablando un poco de todo, de china, de lost, de deportes...
A llegar a Yangzhuo te llevas la impresion de estar en Lloret de Mar. En un par de calles centrales se condensan los turistas, los hoteles, los puestos de ropa,etc... En las numerosas calles adyacentes se encuentran los restaurantes y los bares de salir. Esta zona es muy famosa por sus rios y sus paisajes y tanto extranjeros como chinos vienen a visitarlos.
Al llegar a nuestro hostel resulto que el dueño era hijo de emigrantes españoles así que tenia la nacionalidad española, la australiana y tambien la china de su mujer. Este expat santanderino aprovecho para enseñarnos el pueblo y comentarnos historias relativas a los chinos. Como por ejemplo que la están cagando con las olimpiadas, matando el turismo de la zona al no dar visados y por lo que él decia incluso en Beijing se quejaban. Los chinos esperaban sacar mucha mayor tajada al asunto y resulta que incluso les hacían redadas para que no vendieran objetos de pufo.
Despues de invitarnos a unos bocks de cerveza en el bar de unos chinos rastafaris nos dirigimos al hostal no sin antes casi vomitar al pasar por la parte de atras de un mercado local. No veais que olor, que repulsión. Casi como trabajar en el matadero de Pontevedra sin taparse la nariz...
Nuestra habitacion es enorme, tentemos un recibidor con un armario que se comunica con un baño con la ducha incorporada (sin mampara) y un par de camas enormes con somier!!! Como se echa en falta el somier. Ya sabéis que los chinos lo que hacen es poner un bajo cama de madera o algo rígido y no saben lo que es el somier con lo cual es como si durmieras en el suelo. Este español al menos tiene somiers lo que hace de dormir algo más relajante.
Esa misma noche cenamos en el hostel un par de platos tipicos de la zona que, aún estando bien, no entusiasmaron. La verdad es que el arroz estilo Yangzhuo era el mismo que estilo Adrián en casita pero sin el toque especial de Adrián. Estaba incluso un poco seco y el pollo al limón sabía en exceso a limón. Además para los estándares de la zona el sitio es algo caro para comer.
Con todo listo para el día siguiente nos fuimos a la piltra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario