
Bajamos las escaleras y hala los 200 metros de bungalows y resorts hasta que llegamos a la zona de recepción y la de desayunos. La verdad es que las vistas son geniales, está un poco levantado y aunque pegado a la carretera que separa a los hoteles de la playa se ve el mar y las palmeras. El desayuno como la mayoría aqui en Tailandia, comida thai , frutas, algún pastel y en este caso un cocinero en la zona de comedor entre fogones preparando las tortillas (omelettes que aquí son muy finos) al gusto. Escoges los ingredientes y el cocinero con su cocina de juguete te prepara la tortilla para que te la comas calentita. Además hay tres o cuatro camareras reponiendo de forma contínua y recogiendo los platos que ensucias al momento. Todo bien, aunque la fruta no es la mejor que he comido por aquí.
Espectacular era el tattoo tribal que tenía una de las camareras de unos 30 años, vestida con traje tradicional tailandés y que le cubría la espalda de arriba a abajo. Además , para no desentonar uon la mayoría de las tailandesas que trabajan de cara al público era bastante guapa.
Acabamos de desayunar y nos ponemos a hablar con el recepcionista jefe, a quejarnos de la situación... de que tenemos una habitación deluxe con internet y que ese internet (que sería a través de un router que no estaba en nuestra habitación) sería de pago y bien caro, en total un 60% del precio de la habitación, menudo robo. Después de estar hablando un buen rato nos dijo que nada, que su jefe no estaba (y eso que iba a estar por la mañana para poder hablar con él, pero aquí de lo dicho a lo hecho hay un buen trecho) y que si queríamos lo que podía hacer era dejarnos la habitación mucho más barata para que cogiendo internet nos saliera por el mismo precio total. Vamos, que el tío nos descontaba en la habitación pero internet nones. Como nos había molestado la publicidad engañosa (el recepcionista jefe dijo que sabía que era engañosa, pero que era su jefe quien la ponía no él, y que no decía que fuera gratis, aunque tampoco decía que fuera de pago).
Le cogimos una hora de internet a 120B y nos pusimos a buscar nuevo hotel. En 10 minutos ya teníamos varios preseleccionados gracias al blog de Jamie. Escogimos uno con internet, piscina, desayuno incluido por unos 900B. Le pedimos al recepcionista que nos diera direcciones y muy amablemente nos indicó como llegar. El pobre hombre se quedó asombrado de que fueramos a ir caminando, ya que eran 2 o 3 kilómetros, vamos , 30 minutos andando. Para él era como si fueramos locos, pero ya estamos acostumbrados a caminar lo que haga falta. Además, como no, intentó colocarnos un taxi, tuk-tuk o lo que pudiera.
Cogimos nuestros bártulos y nos pusimos a caminar, grabamos unos videos del hotel donde se van a alojar unos amigos y de la playa de Karon, bastante grande, tipo la lanzada. Después llegamos a un cruce y las direcciones eran sencillas de seguir, llegamos a otro cruce y preguntamos en una tienda a ver por donde quedaba la gasolinera que ponían en el mapa. La dependienta nos mandó hacia la derecha pero resulta que teníamos que haber ido a la izquierda... Nos dimos cuenta cuando vimos el Hilton (el hotel donde se hospedan nuestros amigos), la parte de atrás, obviamente ibamos en sentido contrario. Hablamos con otra persona de otra tienda que nos volvió a intentar colocar un taxi (probablemente un primo) y nos fuimos caminando en sentido contrario bajo un solecito de justicia. Llegamos al último cruce donde indicaba que teníamos que subir la colina para ir a CC Blooms, nuestro hotel. Nos ponemos a subir la colina y no veais que empinada es... un 70% mínimo, parecida a la calle Chile de Vigo, incluso peor. Tuvimos la buena suerte de que subía una pickup y se paró y nos dijo si querían que nos subieran. Nos dejaron frente a nuestro hotel y procedimos al check-in.
El problema es que había desincronización entre los stocks de habitaciones y resultó que no teníamos habitación. Después de que Skip, el dueño del hotel, un americano de North Carolina que lleva 4 años en Phuket, nos diera toda la información relativa al hotel como la hora del servicio de desayunos, información de su servicio de taxi gratuito (normal estando el hotel en semejante colina) y otros detalles como la colección de dvds, el billar, los ordenadores , etc... llegó el encargado de la gestión del hotel (un chino de Hong Kong que hablaba 5 idiomas) y nos dijo que por esa noche nos alojaban en un hotel justo enfrente , totalmente nuevo, pero que no tenía piscina o desayuno pero que claro está podíamos emplear sus servicios.
No nos molestó porque el otro hotel también tenía internet, de hecho aún más rapido y además la habitación era totalmente nueva, con vistas al mar y a las islas.
Preguntamos por el alquiler de unas motocicletas en el hotel CC Blooms , nos decían que 200B y luego en el nuevo hotel preguntamos por casualidad y nos dijeron que 150B por el mismo tipo de motos, así que las cogimos aquí.
Las motos son unas Honda de 125 semiautomáticas. Tienen 4 marchas y no se accionan con embragüe, sino de forma directa. Tampoco se pone primera hacia abajo. Se suben y bajan las marchas de manera normal y la moto es briosa, la 1ª y 2ª tienen bastante fuerza y las 3ª y 4ª apenas se tocan. Como no sabíamos que hacer se nos dio por dar un buen paseo en moto. El día anterior fue impresionante la carretera que unía Patong con Phuket así que nos dirigimos a Phuket, por el camino siendo las 5 de la tarde nos encontramos con el tráfico de la gente que volvía a Phuket y era impresionante, parecía que estabas en un gran premio de 125cc. En los semáforos se juntaban 50 motos que luego salían en pelotón y a cada cual más aguerrido (o alocado). Era como un enjambre donde los pilotos te pasaban por ambos lados, además en el camino hay una sucesión de cuatro sacacorchos como los de Laguna Seca que son un placer conducir por ellos. Al llegar a Phuket nos dio la bienvenida un arco del triunfo con la cara del Rey de Tailandia. También veíamos un Tesco-Lotus. Lotus resultaba ser un centro comercial dentro del cual había un Tesco (cadena de supermercados del Reino Unido) y entramos a hacer unas compras.Luego nos volvimos por otra carretera distinta a nuestro hotel.
Por cierto, como sabéis nos encanta visitar supermercados, en este Tesco tenían una sección de paquetes donde vendían grandes cantidades de determinados productos en unidades para su uso en la hostelería a precios ridículos. Luego esos mismos productos en unidades sueltas pueden llegar a estar al mismo precio que en España (como se abusa de los turistas).
Nos llevamos una variedad de tés frios y de bollería que devoraríamos muy a gusto más adelante. Por cierto, Van der Saar está por aquí con la familia, y como no tengo una foto del Tesco os dejo puesta una de él con su familia en bici.
Esa noche dormimos con el AC puesto del calor que hacía, a Bruno le sienta mal tanto AC...
1 comentario:
Si le hubiérais sacado la foto al tatoo tribal de la tailandesa... mucho mejor que Van der Saar ;-)
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