viernes, 18 de julio de 2008

Dia 25: Phuket y Bangkok, reunión con los porriñeses

Hoy salíamos en dirección a Bangkok para dejar Phuket hasta mejor ocasión. Nos levantamos temprano, con la idea de recoger todos nuestros bártulos en un par de horas.
Como siempre, los tiempos estimados no funcionan. Después de recolocar las cremas (maldito límite de 100ml) y de guardar toda la ropa (que sólo ha aumentado en 2 bañadores y 2 pares de chancletas) pero que parecía que lleváramos media tienda... nos dispusimos a salir a la calle principal. Resulta que el grupo-taxi que contratamos en la misma agencia que nos puso el tour no iba a subir nuestra cuesta así que teníamos que bajar nosotros  a la oficina de correos a cogerlo.
En primer lugar, la de la agencia nos subió los billetes el día anterior toda mona, vestida para salir y muy guapa ella nos cobró por el servicio 240B mientras que cuando lo cogimos en el aeropuerto nos costó 180B. La ley de la demanda supongo o el cargo por hacer la gestión.
Tuvimos suerte de que  cuando bajamos no nos cayó el monzón que desde hace tres días no ha parado de caer. Pero en poco tiempo volvió a caer ... cuando ya estábamos montados en el super autobús. Otro de estos cacharros que parecen llevar un motor de 900cc para transportar a 11 personas y a el montón de maletas que llevan. Nos recogió a las 12.30 y éramos el segundo y tercero y luego aún recogió a 7 más a lo largo de Patong. Tardó casi 1h30 en recorrer los 40kms metiéndose por zonas que no habíamos pasado a la ida. Sitios con pinta de ser bastante pobres y donde había lagunas con casas al lado con pinta de tener más inquilinos mosquitos que personas.
Una vez llegamos al aeropuerto una cola para AirAsia de narices. El aeropuerto es algo viejo y parece que por él ha pasado Atila. Aunque era mucho más grande de lo que en principio pensamos a nuestra llegada. Además , como no, metían unas oxtias en las tiendas y restaurantes acordes al estilo Phuket donde todo está por decreto 3 o 4 veces más caro que en Bangkok.
Hemos tomado el avión , un Airbus muy cómodo y hemos hecho el trayecto dormidos todo el rato hasta que hemos llegado al aeropuerto de Sumerapravi. Aquí tenemos que esperar a que lleguen Rafa y Meli que vienen de Londres via Bahrein y su avión se ha retrasado casi 2 horas. Hemos llegado a las 5.30 y vamos a esperar hasta las 9.30... 4 horas en el aeropuerto que se hacen más interminables que cuando realizas una salida... Eso si, en el aeropuerto como no, anécdota. Resulta que al llegar nos hemos ido a la zona internacional para poder esperar la llegada de esta gente y nos han dejado pasar un control policial... Pero entonces he salido a un supermercado que quedaba fuera del control y al volver no me lo han dejado volver a cruzar. De hecho llevan 2 semanas con ese control que no dejan entrar a la gente cuando antes era totalmente normal. El problema es que Bruno se ha quedado dentro y he tenido que llamarle dos veces por megafonía, eso sí, lo han hecho sin problemas.
Por cierto, el aeropuerto es una extensión de lo que pasa en Tailandia. Numerosos guiris con sus compañeras tailandesas. Hombres de 80 años con mujeres de 30, tios horrendos con bellezones, chinas y malayas impresionantes... todo un espectáculo.
Después de esperar 1 hora extra por culpa de un retraso esperábamos la llegada triunfal de nuestros nuevos compañeros de viaje, pero justo a la hora que llegaban ellos había 20 vuelos más aterrizando (en los minutos próximos vamos) así que cada vez que salía un nuevo grupo intentábamos enterarnos de la nacionalidad para situarnos un poco de dónde podía venir cada vuelo, ya que el de ellos llegaba de Bahrein. Después de un buen rato llegaron y ya abrazos, reencuentros con el español (que no fuera el nuestro propio) y un sin fin de anécdotas por cada lado.
Salimos del aeropuerto en dirección a nuestro hotel, el de la semana pasada. Nos volvieron a intentar timar pero como ya venimos resabiados pues no tuvimos ningún problema, en menos de 30 minutos (ventajas de saltarse el tráfico diurno) llegábamos al hotel. También intentamos saltarnos el puesto de las "amigas" que te traducen la dirección a tailandés (ya que ya la teníamos en tailandés) pero no coló y pagamos de nuevo...
En el hotel, llegando a las 11.30pm ya no podíamos cenar así que decidimos salir a pillar algo de comer a uno de los 7Eleven cercanos. Compramos unos perritos y bebidas y unas pocas fruslerías  y nos fuimos de nuevo al hotel (Meli  y Rafa fliparon con la humedad que había en Bangkok) y les explicamos cómo tenían que hacer para ver lo mejor de Bangkok en el mínimo tiempo posible.
Hicimos las llamadas de rigor a casa y amigos para decirles que seguimos vivos y nos fuimos a dormir que a las 7am comenzaba el dia

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