
El día de hoy lo hemos dedicado principalmente a diseñar nuestros próximos días en Bali. Hemos decidido pasar de visitar el volcán por las malas informaciones que tenemos de los guías de la zona.
En primer lugar ,si vas con tu coche y no quieres contratar a un guía (en realidad no se necesita para nada) puedes acabar con el cable de los frenos cortado y empotrado contra un árbol. Si vas en taxi y no contratas un guía es posible que te pase algo en la montaña. Si vas a la ciudad y te quedas a dormir para salir sin un guía es posible que te persiga todo el día por la ciudad diciendote que va a matarte (así es el gremio de los guías en esta zona).
Aunque es un punto importante de Bali, un volcán activo de 3300 metros de altura, decidimos saltárnoslo simplemente para no pagarles. No queremos contribuir a que esta gente siga con este estilo de vida, por lo cual, si eso implica perdernos ese POI , pues nos lo perdemos.
Para comepensar, decidimos irnos a las Gili Islands, unas islas cercanas que pertenecen al término de Lombok (otro de los puntos turísticos importantes de Indonesia y cuya mayor peculiaridad es que , a diferencia de la Bali hinduista, la mayoría es islámica) y que son muy famosas por los submarinistas y sus playas paradisíacas.
Nos acercamos al aeropuerto a comparar las distintas opciones que teníamos para llegar hasta alli siendo la del avión + taxi + barco la más apetecible en principio. El trayecto lo hacen 4 compañías y aunque el precio es aproximado 375000-495000IDR las diferencias estriban en el tipo de avión (Fokker 50 o Boeing 727) y en los horarios. Optamos finalmente por las Indonesian Transit Airlines que vuelan en un Fokker 50 (por eso de probar un bimotor). Tras coger los tickets nos fuimos a comer al Solaria (una cadena de resturantes indonesia) para posteriormente acercarnos a Kuta. Aparcamos en el CC Sogo (una zona cómoda para aparcar si te quieres desplazar por Kuta y no quieres bajar por la playa) y nos fuimos de paseo por Kuta Sq. (que no nos hizo ninguna gracia porque las tiendas que prometían gangas en realidad no lo eran) y subimos hasta Legian en busca del Ketupat, un restaurante que nos había recomendado Nely (gracias Nely).
Fuimos caminando por Legian para encontrarlo pues nos habíamos dejado el papel donde teníamos anotado el número y durante el paseo se nos ofrecieron masajes con happy ending (prostitución) , drogas (vete tu a saber si no sería un policía a la búsqueda de un novato al que sacar dinero) y comida , mucha comida (se aglutinan decenas de restaurantes en esta zona).
Tras pasarnos el Ketupat en primera instancia pensábamos ya dejar de buscarlo cuando de repente, volviendo por el lado adecuado de la calle vimos el cartel del restaurante. Está bastante escondido y sólo tiene una ligera lucecilla que ilumina a la meitre y a la mesa donde se encuentra la carta para consultar (si algo tienen en común la mayoría de restaurantes en Asia es la presencia de una carta frente al local y dependiendo del sitio, una o varias camareras invitándote a entrar). En este caso la camarera o meitre tampoco hace un gran esfuerzo por conseguir clientes.
Una vez decidimos entrar (era algo que estaba en nuestra agenda desde el primer día) nos encantó el ambiente.Mesas rodeando una piscina e iluminadas con velas. Un servicio raudo y eficaz que igual te proporciona spray antimosquitos que te acompaña al baño para que no te pierdas.
La comida que probamos estaba genial (aunque la carne de Cabra no nos convenció mucho a ninguno y tampoco el acompañamiento de arroz que parecía patata y que da nombre al restaurante, el ketupat). La presentación ,simplemente espectacular. Desde el arroz Nasi Goreng presentado en la cáscara de una piña hasta los distintos satays (pinchos morunos) de langostinos o carne presentados sobre unos pequeños recipientes de barro con brasas dentro hasta los cócteles de frutas o las ensaladas. Todo estaba realmente rico y el precio, alto comparado con otros sitios en la zona, siguie siendo irrisorio, sobre todo si piensas que el restaurante equiparable a éste podría ser un Soriano o Los Abetos.

Después de dar cuenta de 1 plato por persona salvo los hermanos tocomocho que nos tomamos 3 entre los dos nos fuimos de nuevo en dirección al Sogo a coger el coche para marcharnos al hotel.
Estábamos llenos, tan llenos que nos daba incluso pereza caminar pero después de 15 minutos ya la comida se había asentado y estábamos dispuestos a coger el coche para el hotel. Salimos del parking (3000IDR el mínimo y 5000IDR el máximo) y dirigiéndonos a la autovía llegamos en 25 minutos al hotel con ganas de coger la cama a base de bien.
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